Hace 4 años un naufragio que tuvo un gran impacto en el comercio internacional fue el del Ever Given, el gigantesco buque portacontenedores que encalló en el Canal de Suez en marzo de 2021. Este incidente paralizó una de las rutas comerciales más importantes del mundo durante seis días, afectando el flujo de mercancías entre Asia y Europa y causando pérdidas millonarias.
El Ever Given, operado por la empresa taiwanesa Evergreen Marine Corp, quedó atrapado en el canal debido a fuertes vientos y problemas de navegación. Con una longitud de 400 metros, el buque bloqueó completamente el paso, impidiendo el tránsito de más de 380 embarcaciones que transportaban petróleo, productos electrónicos, alimentos y otros bienes esenciales para el comercio global.
Las consecuencias económicas fueron significativas. Se estima que el bloqueo del canal costó al comercio mundial alrededor de 9.600 millones de dólares por día, afectando a empresas de todo el mundo y generando retrasos en la entrega de productos. Además, el incidente puso en evidencia la vulnerabilidad de las cadenas de suministro globales y la dependencia de rutas marítimas estratégicas.
Finalmente, tras un intenso esfuerzo de remolcadores y dragas, el Ever Given fue liberado, permitiendo la reanudación del tráfico marítimo. Sin embargo, el naufragio dejó una lección importante sobre la necesidad de mejorar la infraestructura y los protocolos de seguridad en el transporte marítimo internacional.
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